CSA / PaME
Universidade de Santiago Grupo de Gramática del Español
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Secuencia
v e d 1201
(1260)
Debe ser que los viste antes de eso.
v e d 1202
(1261)
-Los vi hace dos minutos y cada uno tenía un cuchillo de matar puercos -dijo Cristo Bedoya.
v e d 1203
(1262)
-¡Ah carajo -dijo el alcalde-, entonces debió ser que volvieron con otros!
v e d 1204
(1263)
Prometió ocuparse de eso al instante, pero entró en el Club Social a confirmar una cita de dominó para esa noche, y cuando volvió a salir ya estaba consumado el crimen.
v e d 1205
(1264)
Cristo Bedoya cometió entonces su único error mortal:
v e d 1206
(1265)
pensó que Santiago Nasar había resuelto a última hora desayunar en nuestra casa antes de cambiarse de ropa, y allá se fue a buscarlo.
v e d 1207
(1266)
Se apresuró por la orilla del río, preguntándole a todo el que encontraba si lo habían visto pasar, pero nadie le dio razón.
v e d 1208
(1267)
No se alarmó, porque había otros caminos para nuestra casa.
v e d 1209
(1268)
Próspera Arango, la cachaca, le suplicó que hiciera algo por su padre que estaba agonizando en el sardinel de su casa, inmune a la bendición fugaz del obispo.
v e d 1210
(1269)
«Yo lo había visto al pasar -me dijo mi hermana Margot-, y ya tenía cara de muerto.»
v e d 1211
(1270)
Cristo Bedoya demoró cuatro minutos en establecer el estado del enfermo, y prometió volver más tarde para un recurso de urgencia, pero perdió tres minutos más ayudando a Próspera Arango a llevarlo hasta el dormitorio.
v e d 1212
(1271)
Cuando volvió a salir sintió gritos remotos y le pareció que estaban reventando cohetes por el rumbo de la plaza.
v e d 1213
(1272)
Trató de correr, pero se lo impidió el revólver mal ajustado en la cintura.
v e d 1214
(1273)
Al doblar la última esquina reconoció de espaldas a mi madre que llevaba casi a rastras al hijo menor.
v e d 1215
(1274)
-Luisa Santiaga -le gritó-:
v e d 1216
(1275)
dónde está su ahijado.
v e d 1217
(1276)
Mi madre se volvió apenas con la cara bañada en lágrimas.
v e d 1218
(1277)
-¡Ay, hijo -contestó-, dicen que lo mataron!
v e d 1219
(1278)
Así era.
v e d 1220
(1279)
Mientras Cristo Bedoya lo buscaba, Santiago Nasar había entrado en la casa de Flora Miguel, su novia, justo a la vuelta de la esquina donde él lo vio por última vez.
v e d 1221
(1280)
«No se me ocurrió que estuviera ahí -me dijo- porque esa gente no se levantaba nunca antes de medio día.»
v e d 1222
(1281)
Era una versión corriente que la familia entera dormía hasta las doce por orden de Nahir Miguel, el varón sabio de la comunidad.
v e d 1223
(1282)
«Por eso Flora Miguel, que ya no se cocinaba en dos aguas, se mantenía como una rosa», dice Mercedes.
v e d 1224
(1283)
La verdad es que dejaban la casa cerrada hasta muy tarde, como tantas otras, pero eran gentes tempraneras y laboriosas.
v e d 1225
(1284)
Los padres de Santiago Nasar y Flora Miguel se habían puesto de acuerdo para casarlos.
v e d 1226
(1285)
Santiago Nasar aceptó el compromiso en plena adolescencia, y estaba resuelto a cumplirlo, tal vez porque tenía del matrimonio la misma concepción utilitaria que su padre.
v e d 1227
(1286)
Flora Miguel, por su parte, gozaba de una cierta condición floral, pero carecía de gracia y de juicio y había servido de madrina de bodas a toda su generación, de modo que el convenio fue para ella una solución providencial.
v e d 1228
(1287)
Tenían un noviazgo fácil, sin visitas formales ni inquietudes del corazón.
v e d 1229
(1288)
La boda varias veces diferida estaba fijada por fin para la próxima Navidad.
v e d 1230
(1289)
Flora Miguel despertó aquel lunes con los primeros bramidos del buque del obispo, y muy poco después se enteró de que los gemelos Vicario estaban esperando a Santiago Nasar para matarlo.
v e d 1231
(1290)
A mi hermana la monja, la única que habló con ella después de la desgracia, le dijo que no recordaba siquiera quién se lo había dicho.
v e d 1232
(1291)
«Sólo sé que a las seis de la mañana todo el mundo lo sabía», le dijo.
v e d 1233
(1292)
Sin embargo, le pareció inconcebible que a Santiago Nasar lo fueran a matar, y en cambio se le ocurrió que lo iban a casar a la fuerza con Ángela Vicario para que le devolviera la honra.
v e d 1234
(1293)
Sufrió una crisis de humillación.
v e d 1235
(1294)
Mientras medio pueblo esperaba al obispo, ella estaba en su dormitorio llorando de rabia, y poniendo en orden el cofre de las cartas que Santiago Nasar le había mandado desde el colegio.
v e d 1236
(1295)
Siempre que pasaba por la casa de Flora Miguel, aunque no hubiera nadie, Santiago Nasar raspaba con las llaves la tela metálica de las ventanas.
v e d 1237
(1296)
Aquel lunes, ella lo estaba esperando con el cofre de cartas en el regazo.
v e d 1238
(1297)
Santiago Nasar no podía verla desde la calle, pero en cambio ella lo vio acercarse a través de la red metálica desde antes de que la raspara con las llaves.
v e d 1239
(1298)
-Entra -le dijo.
v e d 1240
(1299)
Nadie, ni siquiera un médico, había entrado en esa casa a las 6.45 de la mañana.
v e d 1241
(1300)
Santiago Nasar acababa de dejar a Cristo Bedoya en la tienda de Yamil Shaium, y había tanta gente pendiente de él en la plaza, que no era comprensible que nadie lo viera entrar en casa de su novia.
v e d 1242
(1301)
El juez instructor buscó siquiera una persona que lo hubiera visto, y lo hizo con tanta persistencia como yo, pero no fue posible encontrarla.
v e d 1243
(1302)
En el folio 382 del sumario escribió otra sentencia marginal con tinta roja:
v e d 1244
(1303)
La fatalidad nos hace invisibles.
v e d 1245
(1304)
El hecho es que Santiago Nasar entró por la puerta principal, a la vista de todos, y sin hacer nada por no ser visto.
v e d 1246
(1305)
Flora Miguel lo esperaba en la sala, verde de cólera, con uno de los vestidos de arandelas infortunadas que solía llevar en las ocasiones memorables, y le puso el cofre en las manos.
v e d 1247
(1306)
-Aquí tienes -le dijo-.
v e d 1248
(1307)
¡Y ojalá te maten!
v e d 1249
(1308)
Santiago Nasar quedó tan perplejo, que el cofre se le cayó de las manos, y sus cartas sin amor se regaron por el suelo.
v e d 1250
(1309)
Trató de alcanzar a Flora Miguel en el dormitorio, pero ella cerró la puerta y puso la aldaba.
v e d 1251
(1310)
Tocó varias veces, y la llamó con una voz demasiado apremiante para la hora, así que toda la familia acudió alarmada.
v e d 1252
(1311)
Entre consanguíneos y políticos, mayores y menores de edad, eran más de catorce.
v e d 1253
(1312)
El último que salió fue Nahir Miguel, el padre, con la barba colorada y la chilaba de beduino que trajo de su tierra, y que siempre usó dentro de la casa.
v e d 1254
(1313)
Yo lo vi muchas veces, y era inmenso y parsimonioso, pero lo que más me impresionaba era el fulgor de su autoridad.
v e d 1255
(1314)
-Flora -llamó en su lengua-.
v e d 1256
(1315)
Abre la puerta.
v e d 1257
(1316)
Entró en el dormitorio de la hija, mientras la familia contemplaba absorta a Santiago Nasar.
v e d 1258
(1317)
Estaba arrodillado en la sala, recogiendo las cartas del suelo y poniéndolas en el cofre.
v e d 1259
(1318)
«Parecía una penitencia», me dijeron.
v e d 1260
(1319)
Nahir Miguel salió del dormitorio al cabo de unos minutos, hizo una señal con la mano y la familia entera desapareció.
v e d 1261
(1320)
Siguió hablando en árabe a Santiago Nasar.
v e d 1262
(1321)
«Desde el primer momento comprendí que no tenía la menor idea de lo que le estaba diciendo», me dijo.
v e d 1263
(1322)
Entonces le preguntó en concreto si sabía que los hermanos Vicario lo buscaban para matarlo.
v e d 1264
(1323)
«Se puso pálido, y perdió de tal modo el dominio, que no era posible creer que estaba fingiendo», me dijo.
v e d 1265
(1324)
Coincidió en que su actitud no era tanto de miedo como de turbación.
v e d 1266
(1325)
-Tú sabrás si ellos tienen razón, o no -le dijo-.
v e d 1267
(1326)
Pero en todo caso, ahora no te quedan sino dos caminos:
v e d 1268
(1327)
o te escondes aquí, que es tu casa, o sales con mi rifle.
v e d 1269
(1328)
-No entiendo un carajo -dijo Santiago Nasar.
v e d 1270
(1329)
Fue lo único que alcanzó a decir, y lo dijo en castellano.
v e d 1271
(1330)
«Parecía un pajarito mojado», me dijo Nahir Miguel.
v e d 1272
(1331)
Tuvo que quitarle el cofre de las manos porque él no sabía dónde dejarlo para abrir la puerta.
v e d 1273
(1332)
-Serán dos contra uno -le dijo.
v e d 1274
(1333)
Santiago Nasar se fue.
v e d 1275
(1334)
La gente se había situado en la plaza como en los días de desfiles.
v e d 1276
(1335)
Todos lo vieron salir, y todos comprendieron que ya sabía que lo iban a matar, y estaba tan azorado que no encontraba el camino de su casa.
v e d 1277
(1336)
Dicen que alguien gritó desde un balcón:
v e d 1278
(1337)
«Por ahí no, turco, por el puerto viejo.»
v e d 1279
(1338)
Santiago Nasar buscó la voz.
v e d 1280
(1339)
Yamil Shaium le gritó que se metiera en su tienda, y entró a buscar su escopeta de caza, pero no recordó dónde había escondido los cartuchos.
v e d 1281
(1340)
De todos lados empezaron a gritarle, y Santiago Nasar dio varias vueltas al revés y al derecho, deslumbrado por tantas voces a la vez.
v e d 1282
(1341)
Era evidente que se dirigía a su casa por la puerta de la cocina, pero de pronto debió darse cuenta de que estaba abierta la puerta principal.
v e d 1283
(1342)
-Ahí viene -dijo Pedro Vicario.
v e d 1284
(1343)
Ambos lo habían visto al mismo tiempo.
v e d 1285
(1344)
Pablo Vicario se quitó el saco, lo puso en el taburete, y desenvolvió el cuchillo en forma de alfanje.
v e d 1286
(1345)
Antes de abandonar la tienda, sin ponerse de acuerdo, ambos se santiguaron.
v e d 1287
(1346)
Entonces Clotilde Armenta agarró a Pedro Vicario por la camisa y le gritó a Santiago Nasar que corriera porque lo iban a matar.
v e d 1288
(1347)
Fue un grito tan apremiante que apagó a los otros.
v e d 1289
(1348)
«Al principio se asustó -me dijo Clotilde Armenta-, porque no sabía quién le estaba gritando, ni de dónde.»
v e d 1290
(1349)
Pero cuando la vio a ella vio también a Pedro Vicario, que la tiró por tierra con un empellón, y alcanzó al hermano.
v e d 1291
(1350)
Santiago Nasar estaba a menos de 50 metros de su casa, y corrió hacia la puerta principal.
v e d 1292
(1351)
Cinco minutos antes, en la cocina, Victoria Guzmán le había contado a Plácida Linero lo que ya todo el mundo sabía.
v e d 1293
(1352)
Plácida Linero era una mujer de nervios firmes, así que no dejó traslucir ningún signo de alarma.
v e d 1294
(1353)
Le preguntó a Victoria Guzmán si le había dicho algo a su hijo, y ella le mintió a conciencia, pues contestó que todavía no sabía nada cuando él bajó a tomar el café.
v e d 1295
(1354)
En la sala, donde seguía trapeando los pisos, Divina Flor vio al mismo tiempo que Santiago Nasar entró por la puerta de la plaza y subió por las escaleras de buque de los dormitorios.
v e d 1296
(1355)
«Fue una visión nítida», me contó Divina Flor.
v e d 1297
(1356)
«Llevaba el vestido blanco, y algo en la mano que no pude ver bien, pero me pareció un ramo de rosas.»
v e d 1298
(1357)
De modo que cuando Plácida Linero le preguntó por él, Divina Flor la tranquilizó.
v e d 1299
(1358)
-Subió al cuarto hace un minuto -le dijo.
v e d 1300
(1359)
Plácida Linero vio entonces el papel en el suelo, pero no pensó en recogerlo, y sólo se enteró de lo que decía cuando alguien se lo mostró más tarde en la confusión de la tragedia.
CRÓNICA
1.9
29/4/2014